Hay quienes piensan que las leyes son algo exclusivo de los abogados, aunque en verdad, los abogados ni las hacen, pues esta labor toca a los parlamentos. Por su parte, hay quienes les huyen a las normas, pensando que no tendrán la capacidad de entenderlas o peor aún, pensando que su desconocimiento implica que no hay limitantes para su incumplimiento.
El hecho es que todos debemos saber de derecho, porque el derecho nos incumbe a todos y tiene aplicaciones diarias. Sin embargo, muchas personas no ven estas aplicaciones de forma cotidiana y por eso piensan que es un asunto relegado a la ciencia jurídica.
Potenciales violaciones, múltiples beneficios
Principalmente, las mayores vinculaciones en el día a día que tienen las personas con el derecho se refieren a su relación con el Estado. Diariamente, pagamos impuestos, salimos a la calle, tomamos transporte público o una vía pública, entre otras cosas, y todo eso tiene una relación contractual entre el Estado y la persona.
A pesar de esa relación directa, existen muchas violaciones en el camino. A veces, nada funciona y las personas consideran que no tienen cómo reclamar porque no saben qué es lo que deben tener. Ahí es donde entra el derecho, que ampara a los ciudadanos ante las violaciones de leyes que el Estado y sus representantes cometen.
Ámbito interdisciplinario
A pesar de que la relación Estado-ciudadano es la más común, en cada profesión u oficio hay que estudiar sobre derecho. Existen profesiones como los arquitectos, médicos, periodistas o ingenieros que cuentan con leyes específicas que les amparan, pero que también les exigen, pues su trabajo implica una responsabilidad legal. Es por ello que el derecho no puede desecharse como un tema ajeno a la realidad, sino que está activamente formando parte de cada carrera.
Nadie, ni en su ejercicio profesional, ni en sus relaciones comerciales y personales, puede escudarse en el desconocimiento para no cumplir una ley. Sea cual sea el caso, es responsabilidad de la persona instruirse. Muchas veces, las leyes son lo suficientemente claras como para formar parte de la comprensión universal de todos los ciudadanos. Su aplicación sí depende de los abogados, pero leyendo sobre leyes y reglamentos es posible aprender y consolidar los conocimientos.
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